lunes, 20 de febrero de 2012

LAS HADAS DEL CAMINO, LOS DUENDES DE LA NOCHE



DIARIO DE PADAN:

Todo camino posee una magia, magia a la que algunos llamamos casualidades, coincidencias... sin embargo, a veces esas casualidades van disfrazadas de duendes, o de hadas, depende de lo que hacen, o de lo que provocan, si son cosas bellas o son mas bien travesuras, me gusta pensar en esas cosas, sobre todo con frio y tras 8 horas de viaje, quizá fueron los duendes los que le quitaron ya 3 guantes de la mano izquierda a mi gallardo socio Manu, y quizá fueron las hadas las que desviaron el camino de D. Augusto a nuesro encuentro la tarde de ayer, al verle aparecer sobre aquella loma, el instinto primigenio de hispano conquistador, no pudo evitar pensar que, tras él, venía todo un ejercito con caballo de asalto a nuestro encuentro... sin embargo, en realidad, su ejercito estaba en su bella casa rural, donde no poseen más armadura que la hospitalidad y bondad que un día caracterizó a nuestro pueblo.

Nos abrieron las puertas como si de dos hijos nos tratáramos, desde el mismísimo primer instante nos hicieron sentir en casa, y eso, el viajero de a caballo, lo agradece... hoy, mientras bajábamos un difícil paso de montaña pensaba que, ojalá en las alforjas lleváramos un saquico de deseos, pero no para nosotros, no, ya que nuestro deseo se está cumpliendo, sino para pagar con ellos a tan bella gente, tan bellos Lirios, que encontramos por el camino, ¿cual es su deseo?... "ahí lo tiene cumplido".... sería bello, como también lo sería que todos dejáramos en ocasiones a un lado los prejuicios, las primeras apariencias, y nos guiáramos por la bondad de corazón...

El día nos regaló el peligro que nos hace sentir vivos, y vulnerables, y es que lo bueno de ser mortal es apreciar la vida, para la que no tenemos ensayo. El viaje a caballo nos está regalando curvas, amaneceres, amigos y anécdotas que hacen que el frio se convierta en fresca brisa, las cuestas arriba en pequeños repechos, los rios en arroyos de aguas frescas, y las montañas en atalayas para vislumbrar tan bella tierra que, si queremos, nuestros hijos podrán heredar.

Hoy dormimos bajo un puente, donde coches a 120 km/h no se imaginan que lo que hay abajo no es agua, sino 4 almas que viajan hacia el norte, en busca de un paso de montaña, en busca de una primavera que florezca con más fuerza que nunca.

Gracias duendes, por recordarnos que nada tenemos, y nada nos llevaremos, gracias hadas, por cruzarlos en nuestros caminos, por guiarnos.

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